martes, 18 de diciembre de 2007

Noches Flamencas P. I

De vez en cuando los astros se alinean. El fin de semana pasado ocurrió algo parecido. Tres hombres solos, una cena, unas cervezas... Todo prometía.
Teníamos una víctima, podíamos hacer el cafre al menos cuatro horas. Pero como dijo un insigne Jack (The Ripper) vayamos por partes:
-El Señor FX salía por primera vez en mucho tiempo solo. Sin su señora (a.k.a. La Eléctrica). Venía ready to kill, peinadito y oliendo a colonia de la cara. Vestido para gustar, todo de marrón, aunque el interior siempre es negro. El Sr. Alacrán venía desbocado, volver a competir después de años siempre es un pequeño subidón. Había usado sus trucos de perro viejo y había llegado a semis, esta que lo daba todo, fun, fun fun.
El manual de pesca sin caña habla de la mentalización. Habla de cómo sugestionarse para que la salida sea óptima. Yo creo que cenar carne muerta con patatas fritas y algo de embutido mientras de fondo Rose McGowan baila en Planet Terror es suficiente. Pero como todo se puede mejorar, mejoró. Recibimos la llamada del Gran Ausente, Gran Otaku (Destructor de Dioses). Habló con todos y nos infundió ánimo de espíritu, más. Y mientras las palabras de Otaku nos aleccionaban, me dediqué a colocar pegatinas con mensajes subversivos.
Agarro la cámara, montamos en el coche y suena a todo trapo Robert Duncan, el tema de The Unit. El termómetro del coche marcaba -2, pero daba igual, ventanas abajo. Aparcamos el coche y fuimos corriendo a la que es nuestra casa en el centro. Metemos tantas horas ahí que creo que nos van a meter en plantilla, o eso o por lo menos nos pagaran los gastos de representación...
Son las once y media de la noche y tenemos una copa en la mano. El atleta decidió que había que ir a rondas, asi que a las doce y media estabamos acabando la tercera. Habíamos probado los ¿pocos? tipos de bares. Habíamos estado en casa, en un bar de pachanga y en uno heavy.
Nos tomamos una cervecilla en un bar comodín. Y a fe que fue comodín. Desaparecí porque tenía un compromiso del que ya hablaré y volví con una bolsa de gominolas. El Alacrán desapareció porque tuvo una urgencia gastrica "Dios bendiga las toallitas húmedas". Y el Sr Fx desapareció en cuanto vio a dos ex-conocidas. Se quiso ir tan deprisa que no me dejó ligar con dos, cosa que no olvidaré hasta que el alzheimer haga su efecto o me deje probar ese queso de El Casar que se trajo en el puente.
Estábamos de segundas en casa, no pudo evitarlo y solo una llamada de su señora consiguió separarlo de dos golfillas que lo querían solo para ellas, a la vez...

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