jueves, 14 de febrero de 2008

Que mala es la envidia...





Por antigüedad y debilidad, esta es la hermana de mi alumna, esta ya es mayor de edad, así que podéis pensar todas las maldades que queráis...
Por cierto la serie de fotos es para que veáis los efectos de Kao-lian en alguien que no sabe lo que es...
Las maldades ya las empiezo yo.

miércoles, 13 de febrero de 2008

Mi vida como un Rodriguez P. I

Después de comprarse una casa, hay ciertas cosas que debes aprender. Debes aprender a valerte por ti mismo...
Hay cosas que debes hacer todos los días. Obviamente no estoy hablando de limpiar, pasar el polvo, ni por supuesto, fregar el suelo. Estoy hablando de la cocina, ese maravilloso lugar donde suele vivir tu madre. Ahi se centran la mayoría de objetos desconocidos para un ex joven, aspirante a independiente. Lo primero es mirar los electrodomésticos. En cualquier casa, en cualquier cocina, hay cosas que no pueden faltar: El microondas, la lavadora y la nevera. El microondas porque es el salvador de cualquier comida, te calientas la leche del desayuno y sirve para templar los tupperwares de mama. La dieta del tupperware es una cosa que funciona bastante bien cuando mama esta en tu misma ciudad, pero cuando vive a 700 kilómetros hay cosas que debes saber. Por ejemplo que no puedes comer de bote todos los dias, porque el menu se te va de presupuesto y hay que pagar la hipoteca... Luego debes saber que los congelados son tu gran aliado, pero te tienes que enfrentar con el gran enigma de ese microcosmos que es el supermercado. En el supermercado te encuentras a una fauna increíble. Debo reconocer que le debo la vida al mercadona, porque ya he aprendido donde estan las cosas y puedo hacer la compra sin mirar a nada. Porque siempre que levantas la cabeza te encuentras con cosas raras.
Pero eso lo dejaré para más adelante porque ahora voy a hablar de la gente que te puedes encontrar en el super...
Te puedes encontrar de todo, pero hay tipos dominantes. El primero es la madre desquiciada.
Se la reconoce porque va con su cestita a toda prisa, pero aún así, ha mirado la fecha de caducidad, el contenido en grasa de las cosas y ha cogido casualmente la ultima unidad de la oferta que venía en la publicidad. Esto pasa siempre que vayas a un supermercado que no sea el LIDL. La madre desquicidada tiene que hacer la compra en menos de diez minutos porque tiene que comprar, hacer la comida y salir corriendo para el gimnasio, hacer una hora de aerobic, step, pilates o cualquier estilo de gimnasia que esté de moda y que hayan recomendado en alguna revista del tipo de ser padres hoy, vida y salud o la revista de ar. Todo eso antes de la una que tienen que recoger al niño del colegio y después llegar a casa antes de que llegue Antonio.
Luego está el marido. El marido es fácilmente detectable. Está pegado al móvil mientras le pergunta a su mujer: María, ¿el tomate lo querías frito o natural? ¿En bote de cristal o en tetrabrick de 400? ¿De qué marca era el chorizo que compra mi madre, que tanto me gusta? Suelen ir muy despacito comprando y mirando la lista que les ha hecho su mujer.
Si ves un carro cargado de yogueres bio, leche de soja, galletas integrales sin gluten ni azúcares, pechuga de pavo, imperial de pavo, pechugas de pollo y coca cola light has llegado al carro de la TRISTE (TReintañera Independiente y SolvenTE).
En cambio si el carro está lleno de coca cola, cerveza, bolsas de patatas fritas, pizzas, embutidos y diversos alcoholes, no hay duda, has visto a un monton de chavales que viven juntos en un piso de estudiantes.
Además en todos supermercado siempre está el experto, suele ser alguien que soba toda la fruta en busca de la que está más madura, golpea todos los melones en busca del que mejor suena, esta en la pescadería y a todo le pregunta a la chica que si es fresco (pues claro, a ti te van a decir que las pescadillas ya son de la familia y que el marisco es fresco porque ha descongelado). Éstos, cuando llegan a la carnicería son los que piden que el pollo se lo den sin piel, deshuesado y cortado en cuartos, sacado las pechugas y el esqueleto a parte porque va a hacer una sopita con él. Si pudiera pedir el pollo atomizado, lo pediría...
Y luego está la simpática viejecita que no ve tres en un burro, que va pasito a pasito con su lonchita de jamón york, los tres lirios, dos manzanas y el paquetito de sal, que se te quiere colar a la hora de pagar o bien tienes delante y como no ve las monedas, saca el puñado de centimos y la cajera tiene que rebuscar el precio exacto...
Qué mundo el del Supermercado...