martes, 13 de marzo de 2007

Origen...

Creé este Blog hace mucho tiempo, envalentonado mientras escuchaba Sunday Bloody Sunday de U2. Se me habían ocurrido mil razones para escribir cosas en Internet, paranoias varias de esas que se te ocurren a partir de la quinta cerveza, dudas existenciales sobre si los caballos tienen sobacos y demás.
Pero esa fase pasó, empecé a trabajar y se me pasaron las ganas. Ya sabéis el trabajo envejece, embrutece y ni Dios te lo agradece. Cuando llevaba un añito trabajando, unas vocecillas en mi cabeza empezaron a resonar: Cómprate una casa, me decían, es un buen momento.
En realidad, las vocecillas eran mis padres que ya estaban cansados de tener una especie de huésped parásito (apalancatus permanentis).
Buscar una vivienda digna, ojo solo digna, y además con un solo sueldo de mileurista ( ja ja, se creen que cobramos mil euros) es bastante complicado si no vives en un sitio como Badajoz o Ponferrada.
No es mi caso, yo vivo en Burgos. Y buscar una vivienda en Burgos es muy divertido. Empiezas con decisión a rebuscar en el periodico. Vas a la sección de anuncios, inmuebles, venta y empiezas a leer... El maravilloso universo de las siglas. Para que luego se quejen de los mensajes del móvil: G-3, c.c, h.m, 70 mts, 2 hab, 1 tlt + d, 240.000 euros.
Lo último era lo único que entendía.
Así que como buen pringado que no sabe ni por dónde le da el aire, acabé por ir de inmobiliarias. ¿Habéis visto algún documental de la 2? Si, esos que dan a la hora de la siesta. Pues yo cuando entré me sentí como una gacela herida en el Serengetti, siento que me van a despellejar, lo sé, pero no sabes cuando.
Me sentaron en una mesa y una chica super super amable, super super educada y super super pija me preguntó que qué estaba buscando.
Le conté que quería algo pequeñito, con una habitación a ser posible un ático o una buhardilla y de menos de 120.000 euros. La chica me miró con su cara de póker, pero estoy seguro de que en la ficha de la inmobiliaria pone que soy bajito y que no tengo novia.
Un día, una semana después me llama Vanessa ( si si, con ss) desde la inmobiliaria. Me han buscado cuatro pisos acordes con lo que andaba buscando.

El primer piso estaba en el centro, en el cogollito de Burgos y era un estudio. Un estudio, os explico brevemente, es una habitación donde en un mismo espacio hay una casa entera. Básicamente son los pisos de 30 metros en los que nos quería meter la ministra de vivienda. Pues a ver, esto eran 21 metros cuadrados, la cama estaba a la puerta, donde debería estar el armario estaba el baño y la cocina eran dos fuegos que salían entre el ventanal y una pila friegaplatos donde no cabía una botella de coca cola de las de 2 litros.

Lo segundo era un agujero hobbit. Básicamente el portal estaba excavado en la tierra, estaba hundido unos 40 centímetros. para subir, obviamente no había ascensor, la escalera medía un metro exacto de ancho. Yo tenía que subir casi casi de lado para no ir rozando las dos paredes. Entramos a la casa y el espectaculo era dantesco. La casa del pueblo, con sus grietas, sus humedades, el suelo de madera podrido, ya sabéis todas esas pequeñas cosas... La habitación que debía ser el salón tenía el suelo de tal manera que dejé caer un boli desde un lado de la sala y acabó rodando justo en el opuesto. Me marché cuando salimos de la casa y Vanessa no me pidió disculpas por haberme llevado a ver vertederos en lugar de casas.
Así que decidí que para el siguiente par de pisos llevaría a una amiga a ver si así, siendo dos, una pareja, me trataban con algo más de respeto.

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